Entre las funciones más importantes del lecho de balasto se encuentran la transmisión de las cargas producidas por el tráfico desde los carriles hacia la plataforma de la forma más homogénea posible y proporcionar una alta resistencia lateral y longitudinal contra el desplazamiento de las traviesas. Además, da elasticidad a la vía para minimizar los esfuerzos dinámicos y preserva la capacidad de carga de la plataforma a través de una buena permeabilidad al agua.
Un lecho de balasto que contenga demasiados finos no puede satisfacer estas funciones: su capacidad portante y su elasticidad se resienten, el agua superficial ya no puede drenarse y la posición de la vía se deteriora rápidamente. Las consecuencias suelen ser limitaciones de velocidad y restricciones de tráfico. Estas incidencias causan costes enormes y tienen consecuencias muy graves.
Aunque una bateadora aún sea capaz de corregir la posición de la vía, hay casos en los que el rápido deterioro de la calidad que se producirá a continuación hace poco rentable esta medida por sí sola. El desguarnecido regular del balasto es, por tanto, absolutamente necesario a efectos de conservar de manera racional una superestructura ferroviaria segura y de alta calidad.
¡Evite el agua en la banqueta!
Aun utilizando la bateadora, no es posible obtener una posición geométrica perfecta de la vía de forma permanente. Cuando los terraplenes y el lecho de balasto presentan una capacidad portante insuficiente, el desencadenante suele ser el agua. Provoca una verdadera reacción en cadena.