Las cargas de las ruedas se disipan gracias a la interacción entre la plataforma y el lecho de balasto. En este contexto, el trabajo de la cadena de excavación tiene un impacto significativo.
El lecho de balasto tiene que cumplir dos requisitos fundamentales:
La plataforma soporta el lecho de balasto y tiene, por tanto, una influencia fundamental en la geometría de la vía y la durabilidad de su posición. Debe construirse con una nivelación geométrica transversal y longitudinal impecable. Los errores en la plataforma se extienden rápidamente a la capa de balasto.
Una plataforma de corte recto con una inclinación preestablecida entre el 4 y 5 % (1:25 a 1:20) garantiza el drenaje del agua. De esta forma se pueden evitar acumulaciones en el lecho de balasto (bolsas de agua) (ver gráfico en la página ¿Por qué tiene que estar limpio el balasto?).
Estrategia para una posición de vía duradera: un desguarnecido de balasto geométricamente exacto y a su debido tiempo y, en caso necesario, un saneamiento de la plataforma.
La plataforma también tiene que estar nivelada en sentido longitudinal, ya que las diferencias de grosor de la capa de balasto se traducen en asentamientos irregulares causados por el tráfico. Las irregularidades en la construcción generan errores recurrentes en la nivelación longitudinal de la vía y pueden considerarse «defectos de nacimiento».
Otra característica de la vía es el denominado efecto memoria (Memory-effect), que provoca que con el tiempo esta se vaya adaptando a la nivelación longitudinal de la plataforma. Cuando existen errores en la nivelación longitudinal de la plataforma, estos se transmiten a la vía. La consecuencia son correcciones más frecuentes con la bateadora, una reducción de la vida útil y un aumento de los costes del ciclo de vida.
Debe perseguirse una distribución de la carga en el lecho de balasto correcta y, ante todo, homogénea.
Las zonas duras en el lecho de balasto provocan mayores esfuerzos y el desplazamiento de las rocas. Esto desemboca en bateos más frecuentes.
Estudios recientes muestran que el ángulo de propagación de las cargas es muy reducido y que las fuerzas verticales son transmitidas hacia abajo de forma prácticamente vertical (el 65 % de la carga se descarga directamente debajo de la traviesa). Con un grosor de la capa de balasto de 22 cm, el ángulo de propagación es de 20º. Los ensayos de carga con un grosor de la capa de balasto de 32 cm mostraron un ángulo de propagación medio de la carga de 17º.
Propagación de la presión de traviesas de ferrocarril en balasto bajo carga; ETR Austria, diciembre de 2012; Steiner, Kuttelwascher, Prager