El sistema sirve para detectar defectos en los carriles. Está montado sobre un eje de medición telescópico y puede emplearse hasta 60 km/h. Los 14 sensores ultrasónicos que miden un carril, se encuentran en dos cabezales que se desplazan sobre el centro de los carriles.
Un puesto de operaciones específico en el interior del vehículo se encarga del análisis de las señales ultrasónicas. Los datos registrados se emplean para generar un perfil longitudinal real del carril (imagen de vídeo B-Scan consolidada). Un software de reconocimiento de patrones permite identificar y clasificar los defectos internos de los carriles. El sistema de medición de Plasser & Theurer proporciona información sobre el tramo, así como el lugar de la medición. En modo offline pueden crearse histogramas comparativos para varios recorridos de medición.